El autor indica que el informe de IDEA, presentado en un contexto de elecciones globales, es un documento crucial para fomentar el debate sobre la democracia, subraya la importancia de analizar este informe y aplicarlo en nuestras discusiones.
El autor aborda tres aspectos clave:
Democracia y contrapesos: Examina cómo las instituciones de contrapeso impactan la democracia. En Sudáfrica, a pesar de tener instituciones formales sólidas, la aplicación práctica de la democracia dista de lo establecido constitucionalmente. En Chile, se alerta sobre el riesgo de que un enfoque excesivo en los contrapesos pueda llevar a la ineficacia estatal, debilitando así la democracia.
Estado de derecho en crisis: indica que la militarización en América Latina, utilizada para manejar conflictos sociales y la delincuencia, es motivo de alarma. El autor cuestiona la dependencia creciente de los estados de excepción constitucional, sugiriendo que estos deben ser una medida excepcional y no una norma. Además, se mencionan preocupaciones globales sobre la erosión de las libertades y la independencia judicial, con ejemplos en México y Países Bajos, llamando a la defensa de la democracia constitucional.
Declive de los partidos políticos: La crisis de los partidos políticos tradicionales está debilitando la función de los parlamentos como instituciones de contrapeso. Esta crisis, combinada con la percepción de ineficacia parlamentaria frente a desafíos como el cambio climático y las crisis globales, representa una amenaza seria para la estabilidad democrática. Afirmando que, si los parlamentos y los partidos políticos están debilitados, nos encontraríamos en una situación compleja.
Finalmente, el autor esboza tres elementos para futuras versiones del informe en cuestión: Fortalecer la dimensión deliberativa de la democracia para mejorar los mecanismos de contrapeso; coordinar las instituciones de contrapeso con las tradicionales de la democracia representativa y finalmente, destaca el papel del parlamento como institución de contrapeso y la necesidad de un sistema de partidos políticos robusto y pluralista para el buen funcionamiento de la democracia.